viernes, 27 de mayo de 2016

rosa purpura

Hipótesis actual
Se puede comenzar destacando el hilo musical compartido y significativo: un inicio y final con Cheek to cheek con Fred Astaire y Ginger Rogers, abriendo y cerrando la historia con una canción. Se observa que el cartel del cine al que mira Cecilia al principio la tiene hipnotizada mientras suena la canción, y que se interrumpe cuando cae una letra (la devuelve a la realidad). Al final del filme, Cecilia ve la película con esa canción y se queda de nuevo hipnotizada (después de ser abandonada por Gil Shepperd).
Las partes en las que Cecilia está en el cine se articulan mediante plano/contraplano. Es el lugar en el que ella escapa de la realidad, del drama de su vida. Vemos como sonríe y se distrae progresivamente, independientemente de lo que haya sucedido y sea malo (su marido maltratándola física y psicológicamente, el despido, el abandono de su amor…). Cecilia es una persona entre la ilusión (el mundo de película) y la realidad (su propia vida), sin llegar nunca a encajar en ninguna de las dos dimensiones. Se nota cuando ella está en la cafetería y sigue pensando y “viviendo” en la película. Ella dice que no sabe bailar, pero lo dice en el plano de la realidad: cuando cruza hacia la película sí baila, por ejemplo.
Hablemos de los niveles extradiegético, intradiegético y metadiegético. Tenemos la película que nosotros, como espectadores, vemos. Luego está la película que Cecilia está viendo. Se diferencian por el color y el granulado, la parte en color (mundo de Cecilia) esta en un nivel intradiegético y la parte en blanco y negro (mundo de la Rosa Púrpura) es un nivel metadiegético. El nivel extradiegético es todo lo ajeno a ambos niveles, pero que construye el relato: el montaje.
Para diferenciar las dos propuestas se juegan con las características del cine clásico del blanco y negro: candidez de los personajes, luminosidad, lugares exóticos y lujosos… En la banda en color tenemos New Jersey, una cafetería en la que trabaja Cecilia, una realidad vacía y decadente… Aquí existe el contraste entre ambos niveles. Metalepsis: transgresión, ruptura entre la separación de niveles. En esta película sucede esto en la rotura completa de la cuarta pared del nivel metadiegético por parte de Tom Baxter. Se mezclan los mundos, interactúan sus personajes.
La fisura entre dos niveles se hace porque la delimitación es la pantalla, y Tom Baxter observa a Cecilia a través de la pantalla (sobresalto del voyeur o carácter de “mirón” del espectador). El salto de Tom Baxter es llevar a lo literal lo que resulta una idea teórica de los niveles de ficción separados. Se trata de forma física lo que en otras película sresulta algo estructural y que no forma parte de la trama en sí. Las películas tienen normas y propuestas, y La Rosa Púrpura del Cairo juega con las reglas de la película que ve Cecilia y la que vemos nosotros: se despierta doblemente a los espectadores de ambas películas con la metalepsis.
Desde que Tom Baxter salta al nivel intradiegético, la historia se sitúa aquí, el relato acontece en este nivel. Cuando Cecilia entra en la película en blanco y negro, se hace un salto al nivel metadiegético. Cuando Tom Baxter actúa y habla de formas determinadas (pagar con dinero falso de película, “¿Dónde está el fundido a negro?”) es porque está acostumbrado a las reglas de su mundo metadiegético, normas que no funcionan en el mundo intradiegético. El humor se articula a través de este desequilibrio entre las reglas de ambos niveles, pero no es una transgresión.
Metalepsis del espectador saliendo del cine quejándose de lo que ha sucedido con la película: se sienten engañados, aunque se sabe que la película en sí es un aparataje ilusorio. Se juegan con las expectativas de los espectadores de Hollywood, tanto por parte de estos espectadores de la película en blanco y negro como por parte nuestra como espectadores extradiegéticos (esperando que roben un coche, que haya un fundido en negro…), que vemos una película pero que dicha película reflexiona sobre los límites y diferencias entre realidad y ficción. “Esto no es una película”
Escena en la Iglesia: para Cecilia hay un Dios en su universo, para Tom Baxter sus dioses son los guionistas de la película. Llega su marido a la Iglesia y hay una pelea (escena de violencia sobre suelo sagrado), se hace una referencia de nuevo a las reglas de ambos mundos cuando se pelean y Tom Baxter actúa y reacciona como si fuera una película de la Edad de Oro de Hollywood.

Cecilia cruza al mundo de Tom Baxter y termina de desestabilizar todos los hechos de la película (antes ya se había desequilibrado todo el relato). El camarero, al darse cuenta de que no hay que seguir el guión cerrado, se pone a bailar claqué: humor a base de romper la estructura del guión metadiegético. El trasvase de los códigos del cine clásico a la película que vemos como espectadores externos es la temática principal: el género clásico de Hollywood se representa con sus características, y Cecilia participa del mismo al entrar en la película, pero dando datos que indican que ella pertenece a otro mundo. Lo mismo sucede en el caso de Tom Baxter en el mundo de Cecilia, la intradiégesis.

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